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Malasana no solo como potente transición entre asanas dentro de la sesión

Malasana no solo como potente transición entre asanas dentro de la sesión

Me gustan las sesiones en las que las transiciones está bien trabajadas, ayudan a mantener el flujo energético y dan continuidad a la sesión de asanas; y si además hacen una tremenda aportación a la sesión, mucho mejor.

Por eso os presento malasana o la guirnalda, es perfecta bien después de una serie de asanas de pie(Vg. Trikonasana o Virabhadrasana) o también tras torsiones (Vg. Ardha Matsyendrasana) o flexiones (Vg. Janu shirsasana); porque también tiene un componente de equilibrio.

Además entre sus beneficios principales está: aliviar/flexibilizar la espalda, tonificar/vigorizar las abdominales y ayuda a la interiorización.

Vamos a hacerla:

1) Nos sentamos de cuclillas, con los pies juntos y sus plantas en contacto con el suelo. Subimos las nalgas un poco, en comodidad y manteniendo el equilibrio (ver figura 1a).

Malasana, figura 1(Figura 1a. Pies juntos y estiramos bien la columna)

Inhalando estiramos los brazos y expulsando el aire enderazamos la columna, muy importante para la flexión (ver figura 1b). Haz dos o tres respiraciones completas enderezando la columna.

Malasana, figura 2(Figura 1b. Vemos de lado la posición de la cadera, tronco y brazos).

NOTA: El grado de elevación de las nalgas dependerá de cada persona.

2) Inhalamos abriendo bien en las rodillas, sin separar los pies, y exhalamos bajamos el tronco desde la base de la columna. Llevamos las manos al suelo y mantenemos la mirada al frente, acentuando la apertura de cadera y de rodillas (ver figura 2). Hacemos dos o tres respiraciones completas.

Malasana, figura 3(Figura 2. El tronco queda entre las piernas y las manos quedan muy por delante de los pies).

3) Ahora llevamos las manos atrás, por encima de los talones mientras los brazos van a estar en contacto con las espinillas, ayudándonos un poco más a meter más tronco entre las piernas.

Sin levantar los pies, que permanecen juntos (cada uno en sus posibilidades), del suelo; bajamos poco a poco la frente al suelo (ver figura 3).

Malasana, figura 4
(Figura 3. Apretamos con los brazos, metemos un poco más el tronco y bajamos la cabeza).

Permanecemos en esta posición de 30 a 60 segundos con respiración libre.

Después deshacemos soltando en las manos y hacemos la pausa en tadasana (de pie).

Espero que te animes a practicar Malasana, con el tiempo irás mejorando en su realización.

 Para cualquier consulta no dudes en contactarnos.

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