Māyā o el campo de experiencia compartida de la ignorancia
Estoy leyendo el fantástico libro de Sankara, titulado “Vivekacūdāmani”, que da contexto al Vedanta Advaita pero que sobre todo comparte muchos conceptos con el yoga.
Tal vez uno de los más relevantes que además recuerda a The Matrix, es māyā que es superado a través de la liberación del yoga, consistente en traspasar esa ignorancia, percibir que la realización de que la felicidad, la alegría… reside en ti (y en tu capacidad de ser consciente).
Ser maestro de tu realidad, no una consecuencia pensada más resultante de las experiencias psicosociales que vivimos. La māyā se define como “aghatana dhatana pasiyasi”: lo que hace posible lo imposible.
Māyā acoge la esfera mental y la percepción sensorial. Existimos en esta realidad relativa creada por nosotros mismos, de tal manera que podemos reconocer una realidad sensorial determinada y hasta cierto punto común. Esa es su magia dentro de lo material.
Pero el universo que clasificamos es solo una interpretación mental del universo real. Imaginamos la realidad en la que vivimos y creamos conceptos que nos hacen más apacible esta vivencia de seudorealidad, ahondamos en la dualidad: espacio-tiempo, norte-sur, arriba y abajo, bien y mal, mentira y verdad… Somos víctimas del impulso a buscar en el exterior lo que precisamos, cuando todo está en nosotros mismos.
El yoga pone el énfasis en un conjunto de técnicas que nos permitan no ser vividos por nuestros pensamientos, descubrir nuestra consciencia. Nos da la capacidad de elegir y relativizar en esta realidad material dominada por māyā-avydia, y erigirnos en creadores de nuestra realidad.
Esta māyā tiene como atributos los gunas que influyen sobre la materialidad que nos conpone, proyectando (rajas) y encubriendo (tamas) la Realidad (sattva). Debemos trascender estos atributos, que dominan el cuerpo causal para desvelar la verdad espiritual, el ātman que somos.